(Angel M" González)
"La música más hermosa del mundo" es, como ya mis "amigos con alma sensible" la conocen, un poema musical que yo he dedicado exclusivamente a la ilusión; y en el que, mediante la "elocuencia" de los temas que lo componen y el "dibujo" de cada contenido que inspira la pluma de este autor tan "peliculero" -que así lo llamaba uno de los personajes de mis cuentos- relata, de forma sucesiva e interrelacionada, una historia repleta de referencias personales y emotivas, de sentimientos nobles y generosos, y que están cercanas a una realidad enmarcada en ese "universo de la ilusión y de los sueños" del que muchos de nosotros hemos sido personajes, tal vez, en esa hermosa dimensión; y todo dentro de ese escenario de melodías íntimas y sugerentes, dramáticas y conmovedoras, que nos permiten adentrarnos en la bondad de los más gratos recuerdos y en la ilusión de los sueños.
Y para ilustrar toda ese poema sinfónica nada mejor que aquel "cuarto volumen" que también mis amigos ya conocen y que es el broche en el que se cierra este álbum musical, con el que hago el mejor homenaje a la bondad y belleza de un sueño, a la honestidad y esfuerzo por defender el ideal de una amistad, y -especialmente- a esa merecida aspiración tan buscada y perseguida, que es la felicidad.
Precisamente, y haciendo referencia textual a mis "Reflexiones sobre la felicidad", decía Nathaniel Hawthorne "La felicidad es una mariposa que sale volando cuanto la persigues, pero que pude posarse a tu lado, si te sientas tranquilamente a mirar", añadiendo alguien más "La felicidad es como una mariposa. Cuando más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro" para ilustrarnos de que "la felicidad no hay que buscarla ni perseguirla, ella es caprichosa pero sabe cómo acercarse a tu corazón poco a poco, sin sobresaltos, de forma suave y casi en silencio". A veces, también es la imaginación y nuestra ilusión que, en forma de mariposa caprichosa, se acerca a ese poema musical que tanto nos embriaga y nos conduce al viaje más pletórico por ese mar feliz de nuestra fantasía.
Y para ilustrar un poco más la envoltura del final de mi homenaje a esta "música más hermosa del mundo" que dedico precisamente a la felicidad, sigo haciendo referencia a Rusty, cuando decía en sus Reflexiones, que no había que olvidarse nunca de la discreción, de la prudencia y de la aspiración contenida y comedida de la felicidad; pues fue Bernard Le Bouvier de Fontenelle quien citó "Esperar una felicidad demasiado grande es un obstáculo para la misma felicidad", para darnos a entender que el ansia insaciable y sin medida de felicidad puede ahogar nuestra propia aspiración; sin olvidar aquella otra cita de Octavio Paz, que decía "Los seres humanos podemos ser felices por un instante, pero un instante es una ventana hacia la eternidad", porque son los efectos de "un instante" los que generan y recrean el placer en nuestro corazón durante una vida. Y es que yo siempre he pensado que "la felicidad se debe anhelar y beber a sorbos porque su efecto continuado puede aturdirnos; es la sucesión de instantes felices los que conseguirán hacernos llegar al estado más dichoso de nuestra vida". Es el instante en que escuchamos y “contemplamos” un poema musical el que genera y nos recrea el placer en nuestro corazón; es la sucesión de esos instantes en que oímos la música hermosa la que nos hace llegar a ese estado sublime que nos eleva a ese universo privativo de nuestros sueños.
Y para terminar este particular y sencillo homenaje a esa "hermosa música", quisiera quedaros aquí la referencia de aquel primer tema con el que se abría el "cuarto volumen" del álbum, recordando el contenido que la ilusión y la imaginación de Rusty le dió. Se trataba del tema de amor de la "La Condesa de Hong Kong", de Charles Chaplin, y para el que relaté esta singular semblanza: "Al igual que en la película, la condesa Natascha, una chica de vida alegre que decide cambiar su vida y marcharse lejos, escondiéndose de polizón en el camarote de un barco, la protagonista de esta historia, "la princesa Siri", es una mujer que ha sufrido en el pasado y que, valiente y decidida, se dispone a luchar contra todo lo que le ha causado su dolor y su tristeza, tratando de cambiar también su vida, si no marchándose lejos, al menos "volando", escondiéndose en su sonrisa y en sus sueños, por encima de su desventurado pasado. No sólo es el prólogo de este relato musical, sino el tema principal de la historia, repetido en tres ambientes y con distinto aire y carácter. Contiene, no solo la dignificación del corazón de este personaje y toda una ilusión por la búsqueda de su felicidad, sino también -en uno de los pasajes- el encuentro, la atención y apoyo de otro personaje amigo para con ella, en sus momentos más difíciles y críticos. Es la obertura que resume, tal vez, todo el transcurrir de una esperanza y de mil ilusiones"