Cuando “la música gira”,
nos envuelven los sonidos de las notas y de acordes
de esa música nostálgica y soñada,
evocando los colores de recuerdos
que quedaron en portadas
y en los ´singels` de un guateque,
y en las rayas de un long play,
y en la imagen de un pick-up
y unas cajas de altavoces…
…de un ayer.
Cuando “la música gira”
no es el blu-ray, ni el cd,
ni es el video, ni el etéreo mp3; solo gira aquel vinilo, con su magia,
bajo el peso de la aguja,
bajo el brazo articulado
de un gramófono plateado,
sobre el plato que se mueve
acariciando los mensajes
que cantaba…
…una mujer.
(Es un “Poema al Vinilo”
por Ángel González “Rusty Andecor”)
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Si un día te paseas por “Las Descalzas”, cerca de Sol y de El Corte Inglés, acércate a la entrada del subterráneo, escondida detrás del puesto de “un chino”, y encontrarás una Galería Comercial cuyos locales están dedicados casi exclusivamente a una tienda de discos. Pero no es una tienda normal de venta de discos, pues la mayoría de los espacios de “La Metralleta”, que así se llama, están ocupados por vinilos. Lorenzo Feliú, su dueño, asegura tener cerca de un millón de esos discos. En el mayor de los espacios impera el vinilo de colección, en sus tres formas conocidas: LP, EP y single, escrupulosamente clasificados de forma alfabética en géneros. Se puede encontrar también otros dos espacios dedicados a vinilos y cintas de ocasión, y un tercero, como si fuera el más despreciable, para el cd.
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"La Metralleta", sección del Vinilo,
cerca del Sol, en Madrid |
Lo cierto es que cada vez existen más tiendas de discos que sostienen su negocio, no precisamente por la venta de cds, sino por la reaparición de un soporte que parecía extinguido, aunque sus propietarios tengan también necesidad de rentabilizar sus inversiones discográficas ofreciendo artículos al margen discófilo, como camisetas, colgantes, llaveros, posters, libros de música, etc.-
Hay una anécdota con la que podríamos ilustrar sobradamente el calado y la trascendencia de un soporte y otro. A un lado, la imagen de un viejo single de los años 60, rayado, manchado y mugriento, alabeado, como extraído de la basura, mientras que al otro, tenemos la imagen de un compact, para el que, en un intento de igualdad de condiciones, hemos elegido un cd reciente, rotulado a mano y con una grabación casera. El viejo single, promocionado en su día por una firma de brandy, sigue “sonando” bastante bien, a pesar del ruido de su “fritura”. El cd, aparentemente en buen estado de conservación, reproduce a los pocos minutos de su reproducción un efecto de “rayado”, con saltos en los fragmentos de sus pistas, como un efecto bucle.
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Y es que, no olvidemos, como ya dije en mi primera disertación sobre el vinilo, “un cd “rayado” se convierte en inservible en todo su contenido para su audición, mientras que un vinilo notablemente dañado, aún escuchando su ruido de fondo, el crujido de sus rayones o efecto de huevo frito, mientras lo vemos dando vueltas a 33 rpm, puede conservar pistas intactas e, incuso, puede ser reparado al menos parcialmente”. Y ello, aún reconociendo todas las virtudes del cd sobre el vinilo, además de la mayor limpieza sonora que, en general tiene el compact.
Sabemos de la comodidad y manejo del cd, de la resistencia a su manipulación, de la sencilla operatividad para su reproducción en un simple y barato lector, de la versatilidad para su utilización en cualquier lugar y momento, de su fácil almacenamiento en álbumes y estuches para cds o en estantes funcionales, y ¡cómo no! de su vulnerabilidad para la piratería de todo su contenido.
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"Evocación de un gramófono" |
Pero el vinilo es otro mundo; ni es cómodo su manejo, su limpieza, su reproducción o su colocación, ni es versátil su uso en lugar y momento alguno. Porque reproducir un vinilo es vivir un instante de ceremonia con el diseño artístico de una portada, con la magia de la vistosidad del acetato y con la puesta en marcha de ese maravilloso plato giradiscos y su parafernalia. Porque reproducir un vinilo es sentir el acontecimiento de ver girar la música a través de un long play que se resiste a morir. Y para esto no vale ni la simpleza o comodidad del cd, ni su rapidez de manejo o resistencia al roce. No importa que el vinilo sea más restrictivo cuando hay que oír la música. La música, la mayor parte de las veces en las que se desea escuchar, exige un ejercicio de atención y compenetración con su melodía, y exige que “las notas y acordes de esa música nostálgica y soñada nos envuelvan, evocando los colores de recuerdos que quedaron en portadas…”. Y la mayor parte de las veces, esto solo se puede hacer en el salón de tu casa, en el rincón para tus audiciones o en ese nostálgico club en el que todavía existe un tocadiscos de vinilo y alguien que te sirve una copa mientras, en silencio y mediante la complicidad de un gesto, te transmite un mensaje, después de “pinchar el disco”.--
Por hacer un breve homenaje histórico al “microsurco”, como técnicamente se llamaba al disco de vinilo, podríamos decir que fue el soporte físico por excelencia, muy por delante de la cinta de bobina y de casette, y que ha seguido produciéndose, aún en los años de su “desaparición”, en los 90, para almacenar información musical; aunque es evidente que es un medio que está en vía de extinción, desde que las multinacionales, a mediados de los 80, lo hicieron desaparecer progresivamente de las cadenas de distribución para dar paso al primer formato que comercializó Sony con el nombre de compact disc.
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Es entonces, a finales de los 90, el “sonido de ensueño” y la mayor duración del cd sobre el vinilo, así como la desaparición del roce físico en el soporte, al suplir la vieja aguja por el lector láser y que evitaría que el plástico jamás se rayase, cuando se crea… la panacea. Las ediciones de lujo en cd de algunas colecciones convierten el vinilo en algo viejo y cutre, y los que siguen defendiendo el sonido del vinilo como algo más profundo y orgánico, con su bello diseño de portadas y libretos, son tachados de nostálgicos.
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Pero la realidad de las escasas existencias de vinilos que, de pronto, quedaron en las tiendas comerciales, que se escondían en el lugar más alejado de la vista del cliente y que se liquidaban a bajo precio, en consonancia con la idea de la rentabilidad y de la repercusión del nuevo cd, por la que se pensó iba a superar todas las expectativas, chocó con la cultura de los clubs y discotecas en los que sus Djs imponían aún el vinilo y no permitían darle al nuevo soporte su supremacía y utilidad.
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Equipo de sonido, con tocadiscos de vinilo,
en el estudio de Ángel González |
Y mucho después de lo que ya parecía la definitiva extinción del viejo microsurco y la de su olvido, en Estados Unidos, ocurrió que los pedidos a los fabricantes de cd comienzan a caer desde 2006 y 2007, mientras que la venta del vinilo crece sorprendentemente. En el 2008, los falsos laureles del cd y su arrogante desprecio hacia el vinilo comienzan a destruirle. Y es un hecho que desde hace unos años el formato comienza a piratearse, que algunos artistas como Elvis Costello, Bruce Springsteen o Mark Knopfler comienzan a decir que “el vinilo suena mejor”, que “nos están engañando con el falso sonido de ensueño del compact disc”, incluso que la industria de los platos reproductores, que apenas fabricaba ya equipos de alta gama, comienza a mover sus cadenas de producción.--
Por otra parte, están las estadísticas. La que ofrece la Fnac es la más determinante, además de las tiendas especializadas en coleccionismo. Hay algo muy significativo; y es que comienza a verse dos tipos de clientes: los nostálgicos, entre unos 40 y 50 años que lo compraban en su juventud y amaban ese formato, y los jóvenes, de 20 años que crecen viendo como el CD no tiene valor y se suman a una moda retro.-
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"... acariciando aquel mensaje que cantaba una mujer" |
Y es que, ciertamente, hay una nueva generación que disfruta de la ceremonia de escuchar música en vinilo. También es cierto que hay gente que lo compra porque “le da un toque de distinción” o de “moda fashion”, pero sabemos que aún existe el auténtico fiel al vinilo, el que disfruta colocándolo en ese plato que admira porque supone un auténtico ritual: “Cuando la música gira, no es el blu ray, ni el cd, ni es el video, ni el etéreo mp3; solo gira aquel vinilo, con su magia, bajo el peso de la aguja, bajo el brazo articulado, de un gramófono plateado, sobre el plato que se mueve, acariciando aquel mensaje que cantaba una mujer”-
Ciertamente el negocio que mueven las “disco”, los bares de copa o los clubs, y en los que es el disc jockey quien decide el formato, el cd le tomó el relevo al vinilo, pero por poco tiempo, pues fue la música virtual, alojada en discos duros externos, memorias de pen-drive, flash-cards y de ordenadores portátiles, la que le tomó la delantera. Sin embargo, es el caso de las emisoras de radio, en donde la música juega un importante papel de entretenimiento ocio-cultural, en el que sigue siendo el cd o los formatos virtuales los que predominan, debido a que el vinilo, en este medio, no es cómodo ni operativo, además de no contar con la posibilidad de exhibirse.
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Richie Hawtin, "pinchando discos" |
Richie Hawtin, como otros muchos DJs, entendió que la fórmula “vinilo, platos y mixer” no respondía a las exigencias de una sesión convencional, para la que había que contar con la mayor comodidad del transporte del material, la creatividad en las ediciones y montajes musicales, como si se tratara de un estudio de grabación o, incluso, el ahorro en el trabajo de la manipulación del soporte para hacer las mezclas. Y la respuesta tampoco estaba ni en el cd, ni en el efímero minidisc, ni en el incierto blu ray, sino en un laboratorio digital compuesto, simplemente, por dos portátiles y un programa de mezclas. Pero, incluso, Hawtin o Jim Masters, otro de los grandes djs, valiéndose de sus ordenadores, se permitieron buscar la sensación de trabajar con falsos vinilos que giraban, utilizando la simulación de pinchar con dos platos convencionales, mientras reproducían, remezclando, los temas almacenados en el disco duro de su ordenador. Porque “pinchar” un disco no es “pinchar en el ordenador” reproduciendo los archivos mp3 o wav de una carpeta. Los Djs saben que “Pinchar un disco” sólo puede ser “pinchar un vinilo”.-
Creo que las discográficas tendrían que ver, en un momento de crisis del consumidor, que en la demanda de la música solo impera el “todo gratis”, que las descargas de Internet o bajo Spotify no compensan la fuerte caída de las ventas de los soportes, que los artistas solo se sostienen de la rentabilidad de sus giras, de la publicidad o de su caché en los programas de televisión. Y hay supergrupos como REM o U2 que exigen de su discográfica una edición especial de vinilo, porque incluso los vinilos tan delgados que no ofrecían calidad están siendo reemplazados por discos de 180 gramos.
Una de las máximas autoridades en el mundo discográfico y artístico ha dicho "Aunque los analistas llevan prediciendo su desaparición desde hace medio siglo, el viejo álbum de vinilo, simplemente, se niega a morir porque los puristas de la alta fidelidad, pinchadiscos, jóvenes a la última y todos los que tienen algún interés en la historia, lo continúan defendiendo como la forma de oír sus canciones favoritas, más cargada de emociones y llena de riqueza sonora".
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Estudio de mezclas de Dj |
Por otra parte y según la información que he recogido en distintos foros, en Internet, parece que se están reeditando álbumes en vinilo que incluyen un cupón para descargas, desde la Red. Además, según las últimas estadísticas, aproximadamente la mitad de los oyentes habituales de música jamás compra un disco, ni en vinilo ni en CD. Ese 50% lo baja todo de Internet, y el 80% de esas descargas son ilegales. Queda la otra mitad. Y de repente, para ellos, se está planteando una posibilidad de futuro que hace nada hubiera sonado a ciencia-ficción: "Lo que se hizo con el vinilo no era natural. Se intentó exterminarlo. Pero no tiene por qué ser así. La televisión no acabó con la radio, porque la radio tiene un encanto increíble. Y el vinilo también. Y hoy la radio goza de buena salud y a la tele se la está comiendo Internet. Pues quizás pase lo mismo: que al final, el vinilo se quede como único formato físico" ; es lo que aventura Jesús Álvarez, de la tienda Radio City.
Emilio Valdés, de la tienda de discos Ziggy, mantiene que, a pesar de los vaivenes del mercado en las últimas décadas y la temida crisis, así como de la cultura de los iPods, en los que caben “miles de canciones en el bolsillo” en contra de un par de docenas de vinilos y un tocadiscos, para los que tienes que disponer de un gran espacio en un minipiso; a pesar de todo ello, “el futuro está aquí, porque el vinilo es la única industria donde una vuelta atrás es posible”.
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Primer plano del "ritual" del espectáculo
y lujo de un tango |
El vinilo siempre será un objeto de coleccionismo, tiene un punto fetichista y un punto melómano, es otro mundo. Por eso “Amigos en Defensa del Vinilo”, fue nuestra idea, nuestra reivindicación y también nuestro lema en la búsqueda, no sólo del sabor de una nostalgia, sino de una expresión artística, de una cultura musical en forma de ese “redondo signo” eminentemente representativo y también de un reencuentro con las virtudes de una calidad de registros de sonidos que bien reconocen los propios profesionales que tratan de mejorar los resultados acústicos en los laboratorios de investigación de los fabricantes de reproductores de discos. Por eso, “Amigos en defensa del vinilo” defiende, si no la vuelta de un soporte analógico, tal vez más costoso y relativamente desfasado, sí al menos, todo ese derroche de un “ritual”, entre el espectáculo y lujo de un sofisticado giradiscos, en conjunción con la vistosidad de ese objeto de culto y colección, cual es el disco de vinilo. “Amigos en defensa del vinilo” ha querido buscar, en su intención de apoyo en la recuperación y resurgimiento del vinilo, una realidad en su lema:
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Escena de "Esencia de mujer" |
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“El vinilo puede salvar la música”.
Por Ángel González “Rusty Andecor”
Ponencia, que fue presentada en el
“II Encuentro de Amigos en Defensa del Vinilo”
el día 10 de septiembre de 2010
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