ese alguien que al entrar en tu vida
"Si no pudiera escribir pintando
y algo me impidiera oír el color nostálgico
de la música más hermosa me volvería loco;
por eso en los lánguidos y solitarios atardeceres
suelo escribir a alguno de los personajes de mi Cuento
y a mis escasos pero escogidos AMIGOS,
mientras oigo el mensaje de esa melodía
que es mi cómplice y que tanto me entiende".
(Rusty Andecor)
por eso con mi tiempo libre ´hago lo que me da la gana`
y me gusta dedicárselo a mis AMIGOS,
escribiéndoles o hablando con ellos”
(también, de Rusty Andecor,
ante la proximidad de una Navidad,
éste decidió escribir y dedicar a estos amigos
unas “reflexiones sobre la amistad”)
La amistad, tal y como se define anteriormente, es algo así como el intercambio o la complicidad del afecto, sin otras intenciones no deseables para uno u otro y sin las de la búsqueda de interés o beneficio; aunque la amistad auténtica y más pura no necesita fortalecerse con el trato, sino con el afecto que engendra el deseo de ayudar, y ocuparse de los que considera sus amigos, sin condiciones y sin pedir o esperar nada a cambio.
No podemos saber el momento preciso en que se forma la amistad. Porque así como una última gota hace derramar el vaso, también un acto bondadoso entre una sucesión de estos actos hace que el corazón se desborde ante la emoción de conocer el dulce sabor de la amistad. Puede que, incluso, no sea preciso que este sentimiento surja entre personas que necesariamente tengan que tener en común afinidades, edades o condiciones semejantes y una convivencia complaciente; a veces puede surgir la atracción de la amistad, su simpatía y su fascinación entre personas tan diferentes, como distantes e inapetentes.
Quizá la principal diferencia entre ésta y el amor estriba en que cuando surge la simpatía y la fascinación, hay un camino corto al embeleso, al sentirse cautivado por los sentidos, y al enajenamiento, al quedar seducido y enamorado por el encanto de ese amigo.
"La amistad es un amor que no se comunica por los sentidos", decía Ramón de Campoamor; "La amistad no puede vivir sin la estimación, y ésta es una de las muchas ventajas que tiene sobre el amor", escribía Mlle. de Sommery, pudiendo añadirse a ésta cita, según mi sentir: "porque el amor necesita más de la sensualidad, la vehemencia y la pasión".
Mientras la amistad es el equilibrio entre el afecto hacia el amigo y la complacencia en el agrado de recibirlo, sin esperar nada a cambio; el amor es el desequilibrio, a veces incontrolable y compulsivo, de querer apasionadamente a otra persona, deseando y suspirando por recibir el mismo sentimiento, sin más aspiraciones que el disfrute de esa satisfacción o placer.
Es curioso como la amistad verdadera surge, a veces, en los momentos más difíciles o dramáticos, al menos, entre una de las personas; en contra de la banalidad de la amistad más convencional que aparece en las situaciones más comunes de la vida social, laboral o familiar, en la que sólo se comparten diversiones o placeres triviales e intrascendentes. Así; "Los verdaderos amigos se encuentran en las desgracias", "Las buenas fuentes se conocen durante las grandes sequías, los buenos amigos en las épocas desgraciadas", "El que nos asiste en nuestros días tristes, ése es nuestro amigo", "El amigo seguro se encuentra en la ocasión insegura", son algunos de los proverbios que ilustran con elocuencia nuestra reflexión.
Decía Andecor, a propósito de una carta dedicada a una persona, amiga suya: "Confía en el amigo que, en tus malos momentos, es capaz de conseguirte un instante de paz y de felicidad, con el regalo de su sonrisa, con el calor de una palabra de comprensión y de aliento y con el abrazo de su afecto sincero y desinteresado" ; añadiendo él mismo, también: "El noble y buen amigo es el que te acompaña en la amargura de tus momentos de dolor y en la soledad de tu tristeza, y es el que escucha la voz de tu corazón, sin que sea preciso que te hable, aunque después no comparta contigo los momentos de gozo y alegría, después de superar todo aquello que padeciste". Todos ellos, son algunos de los pensamientos que ensalzan la entrega y la disposición desinteresada del amigo a las necesidades del otro, la perseverancia en su apoyo y cuidado para aliviarle en los momentos más precarios y difíciles, hasta llegar al sacrificio en que se renuncia al propio bienestar por proporcionárselo al amigo; aunque todo ello en el grado ya más elevado de entrega afectiva.
Porque, como también yo mismo decía, como autor de esta reflexión, "El amigo sincero es el que, no buscando ganar la amistad de quien aprecia, regala el resplandor del pequeño tesoro de su bondad, en silencio y sin pedirle nada a cambio", el valor auténtico de la amistad es tal que su regalo no tiene porqué venir condicionado por la reciprocidad de las mismas muestras del amigo al que aprecia. Incluso, el amigo que se precie de serlo no debería rendirse nunca ante la espera de la respuesta que deseamos de él, aunque no sea más que por la satisfacción de hacernos saber cómo se encuentra; y así, alguien decía "Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan insistiendo, si es preciso, hasta oir la contestación".
No importa que exista un desequilibrio en las muestras o en las fuerzas del afecto de ambos amigos para que, aún así, exista y se mantenga la bondad de una amistad, porque, -y como un autor escribía "Dos amigos jamás se quieren igualmente, porque mientras el uno besa el otro presenta la mejilla; y puede que ese sea el secreto de la gran amistad, aunque los papeles cambiaran de vez en cuando"- es la dinámica de la recepción de esa muestra afectiva en el amigo la que hace que luego, quizá mucho más tarde, haga que éste corresponda al amigo que se manifestó con su aprecio con la misma bondad expresiva que empleó aquél.
Tampoco debe desecharse la verdadera amistad que, en ocasiones, se ve afectada por la crisis de las contrariedades y las riñas entre su vínculo, ni por las reclamaciones ni por la exigencia de más atención en su afectividad; porque, como decía la escritora francesa Mm. A´Arconville "La amistad que no exige nada ni se queja nunca es casi siempre una amistad débil", o el proverbio árabe "El que quiere amigos sin defectos no tendrá ninguno", puede concluirse que el amigo perfecto, que nunca discute, que da más de lo que es necesario, que no exige jamás nada y que está de acuerdo siempre en todo, puede ser el producto de un portador de amistad engañosa y falsa, y que su exquisito perfeccionismo puede ser una estrategia malévola para embaucar, confundir o seducir. No hay que olvidar que los defectos en los amigos le dan vida a la amistad, porque se mitigan, se curan y se perdonan; así, decía Jean de la Bruyere "No puede ir muy lejos la amistad cuando ni uno ni otro están dispuestos a perdonarse mutuamente sus pequeños defectos"
Hay veces que al buen amigo le respetamos y le tenemos en tal estimada consideración que no nos atrevemos a contarle la confidencia más íntima que después terminamos por confesar a la persona menos indicada. Se dice: "Es más fácil hablar de nuestras intimidades a un desconocido que a nuestro mejor amigo" porque, no sólo ese respeto y consideración, sino la vergüenza o el reparo de ver que ese amigo encuentre una supuesta decepción o errónea interpretación, al contársela, nos obliga -por desgracia- a dejar de ejercitar la mejor de las manifestaciones dentro de la complacencia de una amistad.
No olvidemos, tampoco, que el consuelo que debe prestar el buen amigo ante las adversidades o tristezas del que aprecia no deben confundirse nunca con la compasión, porque -como decía Thomas Fuller- "Es amigo mío aquel que me socorre, no el que me compadece". En cambio, la cita "El verdadero amigo no es el que nos seca las lágrimas sino el que evita que las derramemos" nos ensalza, ante el que nos consuela, el que con su esfuerzo perseverante impide que el amigo lo pase mal. La cita "Vale más un amigo para consolar un pequeño dolor que un ejército para defender un imperio", no ilustra aún más la estimación y valía de lo que supone el consuelo de un verdadero amigo ante una desgracia.
Ángel González "Rusty Andecor"