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Reproducir un vinilo es sentir el acontecimiento de ver girar la música a través del tiempo, de su nostalgia, y a través de un Long Play. |
En un mundo cada vez más digitalizado, parece que los fans y apasionados
de la música todavía anhelan un producto tangible, con un trabajo de arte
original, con alta calidad de audio y con un sonido puro. Y parece que ese
producto vuelve a ser el Vinilo.
Los especialistas coinciden en que "se acerca una etapa dorada
del vinilo". Pues el
soporte de edición más universal, el que durante 40 años fue el líder del
mercado de la música, el que pareció desaparecer con la llegada del CD, el que
terminamos llamando, ya en su decadencia, y de forma cariñosa, "el Vinilo", ha destronado su competetidor digital,
y ello debido a una demanda de una generación que busca nuevos horizontes en la
reproducción musical.
A pesar de que las ventas del CD y de la música en streaming siguen
copando el mercado en términos generales, el
Vinilo no puede estar pasando
por mejores momentos, y ello en una época de crisis también de la música. De
hecho, las principales fábricas mundiales de discos de acetato están aumentando
a marchas forzadas su capacidad para prensar más copias y han tenido que
alargar los plazos de entrega ante una demanda cada más elevada que, además, no
llega sólo de los sellos independientes, ya que las multinacionales también
quieren participar de esta segunda etapa dorada.
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El vinilo volverá a cumplir con su ritual: un buen tocadiscos (el Thorens de Ángel), su parafernalia (un mezclador), y los legendarios vinilos (Uno de Sylvie Vartan, otro de Emmylou Harris), pero sobre todo, el romance casi erótico entre la aguja y el disco. |
Así pues, en una cultura musical en la que, actualmente, nos
movemos, casi exclusivamente, por la difusión on-line o
mediante la reproducción de archivos de audio descargados de Internet, se ha
producido finalmente el deterioro de una práctica que se venía vaticinando: el
del "empacho" de la música almacenado en soportes de memoria o
virtuales, el aburrimiento de la música acumulada en colecciones interminables
o transmitida desde plataformas de difusión, tales como radios digitales,
Spotify, Amazon y otros portales de Internet.
Lo cierto es que, la decadencia de la apreciación por la música
virtual, que no la rutina de su uso, se traduce en cifras que publican los
medios y revistas especializadas, en las que podemos comprobar el descenso de
la música digital (on-line y
formatos CD) y el alza progresiva de las ventas de vinilo. Así, en los últimos
4 años y tomando el 2013 como referencia, comprobamos que conforme se produce
la caída del CD, las ventas del vinilo se multiplican por dos con respecto al
año anterior. En EEUU, en el año 2010, un año en que todavía no parecía
resurgir el viejo formato, las ventas alcanzan ya los 3 millones de unidades.
En el Reino Unido, por poner un ejemplo con respecto a Europa, y en el 2014
sólo hasta septiembre, se habían vendido 800.000 copias. En España, en cambio,
las ventas son ínfimas. Según Promusicae,
en 2013 se vendieron 140.000 LPs en vinilo, pero un 3,7% más que en 2012. Según
parece, en nuestro país, las descargas gratuitas y las llamadas descargas
"piratas" están ganando la partida más que en ningún otro país de la
Unión Europea. Y hay que tener cuenta la fuerte crisis de nuestra país, en
comparación con el resto de la Comunidad Europea.
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Las grandes industrias de audio y las más sofisticadas, buscan nuevas tecnologías para perfeccionar el sonido del vinilo en sus lectores de discos (Equipo experimental de Thorens) |
En este momento no conozco cifras de ventas actuales en EEUU, y
cualquiera podría decirme que los números de ventas que cito y que puedan
conocerse son insignificantes con respecto a la producción y demanda de hace
diez años, pero... y como se dice vulgarmente, "nadie compra ya discos",
las tiendas de discos y los grandes expositores del Corte Inglés "han pasado a la
historia". Y lo que está
muy claro es que la música digital, la que parecía iba a imperar, está
perdiendo fuerza en el mercado, las ventas de álbumes on-line decrecen porque esa música, para los
consumidores, no tienen interés alguno en los muestrarios virtuales de los
portales especializados, y por su parte, el CD cae irremediablemente en picado.
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Los amantes del arte, la cultura y la nostalgia del vinilo ponen ya en marcha los rincones de sus sagrados santuarios, para encender sus viejos equipos, hacer girar su plato y desenfundar sus LPs, para escuchar lo más exquisito y puro de la música: EL VINILO. |
En cuanto a los datos referentes a la producción masiva de
vinilos, a su localización, GZ
Media, en Czech Republic, es una de las mayores fábricas de
vinilos de Europa. En 2013 prensó casi 12 millones de discos, superando los 15
millones el pasado año y estimándose un número mucho mayor en el 2015. Esta
fábrica cuenta con casi 2.000 trabajadores y tiene prevista una inversión para
modernizar toda su maquinaria, con el fin de optimizar el proceso, ya que hasta
ahora siguen trabajando con material y prensadoras de los setenta.
Con todo esto, y ante la nuevas búsquedas de promoción de los artistas ya
establecidos y los intentos comerciales de salvar la industria discográfica,
está apareciendo una "cruzada
provinilo", abanderada por los más grandes artistas y grupos de
música, como estrategia comercial. Y lo que está claro es que se aprovecha la
pose "snob" de los más innovadores y la nostalgia
de las viejas leyendas.
Y como prueba de esa búsqueda de promoción y de estrategias comerciales
por parte de las productoras discográficas y distribuidoras, están los
lanzamientos de colecciones, como las de los Beatles, el Dance de los 80,
JImi Hendrix, etc. En cuanto a las multinacionales que controlan las tecnologías de
vídeo y audio, es importante referirnos a las apuestas que están haciendo Sony y Pioneer, en el mercado de lectores de
vinilo y equipos de audio. El problema es que en España, la cultura musical se
ha anquilosado por falta de apoyos y subvenciones económicas y tiene
dificultades incluso para cumplir los encargos de sus grabaciones con la mínima
eficacia. Es un problema que conoce muy bien Carlos González, productor musical y copropietario de la discográfica Piccolo, en Madrid, y que ve como la crisis actual ha convertido una industria y una cultura musical en un sector incierto y sin el futuro que se merece.
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Carlos González, de Piccolo Producciones Discográficas, conocedor de la crisis que sufre el sector discográfico. |
En resumen y para terminar; a principios de los 90, el titular era
"el CD se come al vinilo y en pocos años el LP desaparece", pero
ahora en pleno siglo XXI éste ha conseguido sobrevivir y destronar a los soportes
digitales del disco. En la actualidad, parece que el CD tiende a desaparecer porque no
pudo con la "parafernalia" y el ritual del vinilo, ni con su glamour
ni su arte, como tampoco consiguió hacer sombra a su cultura y leyenda.
Como complemento de este artículo que, como estudioso del vinilo, me he permitido escribir y difundir en mi blog, decir que próximamente comenzaré a publicar en esta web una sección musical, pero dedicado al disco de vinilo, y que titularé: "Mis vinilos, mis queridos vinilos", y que luego divulgaré en Facebook.
Y para bordar las buenas predicciones musicales y la esperanza de esta vuelta del vinilo, nada mejor que el anuncio de un acontecimiento: el deseo y la posibilidad de un evento del que tanto hemos hablado los que conocimos las ediciones anteriores del mismo: el "IV Encuentro Internacional de Amigos en defensa del Vinilo".
Ángel González "Rusty Andecor"