con aquellos besos mojados, que surgían de un espejo,
sin poder despertar, deseando estar sereno,
sin poder ya conciliar mi calma y mi sosiego.
Este poema, "Besos mojados de lluvia", está dedicado a la magia de una escena,
en la trama de una bella historia del cine,
a la fascinación de una película: "Desayuno con diamantes",
en la que el ser humano busca, tenaz y desesperadamente
la soñada eterna felicidad.
Estos versos están dedicados a la magia de una musa,
al hechizo de una frágil belleza y sublime elegancia;
tal vez... a Audrey Hepburn, la eterna inspiración de un aprendiz de poeta,
tal vez... al universo de mis sueños,
tal vez... al reflejo de un espejo.
Para ti, frágil Audrey,
para ti, lejano sueño,
para ti, mágico espejo.
llegó el sabor de noviembre,
soñé con los besos mojados
de lluvia, de ese agua de siempre.
Que un día los besos amargos,
aquellos teñidos de llanto
tomaron deleite y aroma,
que atrás se quedó un desencanto.
Me gustan los besos mojados,
de lluvia de invierno, en tus sueños,
me gusta inundarme de gotas
que caen de tus ojos risueños.
Me gusta mojar tu sonrisa
con esa caricia en tu aliento
buscando humedad en tu gracia
tan cerca al sentirme sediento.
¡Que empape tu rostro la lluvia,
que cubra su agua tu espacio,
ahora que abrazo tu alma
y gozo besando tus labios!-
ya no hay besos más hermosos
que en tus labios, tu mejilla
y al mirarte... en esos ojos
tristes para una despedida
de pasión y hermosos sueños
y una vana frase prometida
(Ambos, de "Rusty Andecor")
creo sin ánimo de exagerar que hay verla nuevamente,
admirarla desde la placidez de nuestra propia vida,
contemplarla serenamente anudándola a las vivencias de cada uno.
Sus diez minutos finales son destellos de cine, cien por cien,
son tan grandes que falta pantalla para mostrarlos"
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