Einstein dijo “Solo dos cosas son infinitas; el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro”. Claro que también habría que haber añadido la locura de la ambición y del odio, algo que tenemos muy cerca en esta terrible guerra, que desgraciadamente ya parece mundial, y que vemos que está provocado por un perturbado más loco aún que el propio Hitler.
Sin embargo, y para reconfortarnos un poco en la esperanza, yo pienso en una frase que dije alguna vez y que sugiere algo más ilimitado, más inagotable, y confieso que “Solo dos cosas son infinitas y se expanden más allá del universo; la imaginación y los sueños”.
La clave está en esa sirena que representa la imaginación. |
Eso sí, a la imaginación, como al universo, habría que ponerle un límite, para estar seguros de nuestra cordura. Y desde luego, eliminar de ella cualquier rastro de ambición malsana y de odio. Pues si no lo hacemos, seguro que su infinitud perturbará nuestra razón, el equilibrio de nuestra mente y desquiciará los impulsos de nuestro comportamiento.
Bueno... lo cierto es que no viene mal un poco de poesía, sobre todo para endulzar el mal sabor que nos trae el horror del recuerdo de esta maldita guerra. Aunque sea con la modesta y burda poesía que contienen estos versos que un día escribí, quizá sugeridos por la imagen de unas de estas sirenas y que representaba a la imaginación:
"Con sus formas sensuales... nos seducen con su canto" |
que manejan con su hechizo
nos conducen a su abrazo.
Con sus formas sensuales
y costumbres más remotas
nos perdemos, seducidos
para siempre en su regazo.
Nos dominan, nos cautivan los sentidos,
mas… dejamos que acaricien,
zalameras, nuestro llanto."