I SAY A LITTLE PRAYER. La eterna oración de Aretha Franklin. Una de “las 10 mejores”, en un homenaje para mi blog en su 45
aniversario de aquel 1968 en que escuchábamos el
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Areta Franklin, “la reina del Soul”,
interpretando su tema inolvidable: “I Say a Little Prayer”. (Es una imagen en
su homenaje 45 aniversario |
inolvidable tema: "I Say A Little Prayer".
Recuerdo muy bien su espectacular comienzo en la versión remasterizada:
primero, el ritmo de unos compases interpretados por un piano y una discreta
pero precisa percusión; después, las voces de un coro que iban a marcar toda la
intensidad de "un soul para la
eternidad". En el vídeo, el coro era el de "The Sweet Inspirations";
y a los 13 segundos... ¡la
genial Aretha Franklin, la
Reina del Soul! Una de las
más grandes e influyentes artistas de la música contemporánea. Y un hermoso
mensaje en la canción: "Desde que me despierto y
me levanto, antes de esconderme detrás de mi maquillaje, rezo una pequeña
oración por ti; porque estás siempre en mi corazón. Mientras voy, trabajo, pasa
todo el tiempo, tomo mi café o descanso, rezo una pequeña oración por ti. Siempre
pido por ti".
"I say a little prayer", compuesta por Burt
Bacharach y Hal David, fue
una canción originalmente grabada en 1967 para Dionne Warwick. Sin embargo,
aunque el tema pertenecía a ella, el auténtico éxito vino después, cuando en
1968, Atlantic Records publicó un single-vinilo con una nueva grabación para Aretha
Franklin.
Aretha Franklin, apodada "Lady Soul" y "Queen
of Soul", que comenzó en el gospel y más tarde se destacó grabando
diversos géneros, como jazz
vocal, blues, rhythm and blues, rock and roll, fue una de las artistas más vendidas
de todos los tiempos, ganadora de 18 premios Grammy y reconocida en las más prestigiosas
listas de "Hits" y en los "Music Hall of Fame",
siendo nombrada por la revista Rolling
Stones como la mejor cantante
de la historia de la música. De ella, podemos distinguir, como valores
artísticos más sobresalientes, su flexibilidad vocal, su inteligencia
interpretativa, su habilidad para el piano, para el que comenzó "de
oído", además de su improvisación musical. De ella, también podemos decir
que es una de las voces que más se ha prestado para el cine, para musicalizar
algunas inolvidables escenas, tales como aquella de "La boda de mi mejor amigo" y otras muchas. Una simpática
anécdota; ese espléndido final del film con una versión del tema que interpreta
casi todo el elenco de la producción (“…quizá no habrá matrimonio, quizá no habrá sexo,
pero por dios que habrá baile”). Y otra anécdota de la canción:
la buenísima versión de Rosa, en este vídeo ¡impresionante!
Lo cierto es que a Aretha Fanklin la recordaremos como un
referente imprescindible en el arte de la canción contemporánea, pero yo la
recordaré, sobre todo, como portadora de un mensaje entrañable y generoso: "desde que me despierto, muy
temprano, rezo siempre una
pequeña oración por ti". No es la intencionalidad religiosa, ni
simplemente espiritual; “para
mí, es la voluntad de la mente
y del corazón en poner el alma en quien amas, para intentar cuidar de su
vida, con el mejor de los deseos y con toda la generosidad que puedes poner en
la persona que tienes contigo".
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Roberta Flack, en 1973, al piano, interpretando
su canción, poniendo toda su alma en ella. Detrás, su amigo Donny, su amor |
KILLING ME SOFTLY WITH HIS SONG. No solo
fue homenaje en mi blog a Roberta Flack
y a su tema “Suavamente me mata con su
corazón”, con motivo de su 40 aniversario, después de ser editada en 1973,
sino que fue un tributo cariñoso a su secreta historia de amor con su amigo Donny, rota de forma trágica seis años
más tarde.
Lo cierto es, que si a la Franklin la reconocemos a menudo por su “I say a little prayer” y a la Gaynor, siempre, por su "Sobreviviré", a Roberta Flack la recordaremos por su nostálgico "Killing me softly with his song". Un tema creado inicialmente para Lori Lieberman y que apareció en 1972 en su primer
álbum, compuesto sobre un poema de Don
McLean para una canción que
era la historia y el estado de ánimo de Lori.
“Killing me softly…” en el vídeo de la actuación en
directo que, en una versión de lo más folk, hace Lori, y con la anécdota del
actor Tony Curtis que le
sostiene la guitarra, después en la entrevista.
Sin embargo, el éxito de la canción llegó en 1973, justo ahora
hace 40 años, siendo entonces número 1 en las listas "Hits" durante
casi dos meses. La efímera celebridad de Lori
Liebermen se desvaneció
cuando la cantante de soul, Roberta
Flack, hizo su inolvidable
versión. Un tema, adaptado a ese estilo, por el que haciendo balance de mis
sonidos favoritos, resultaba ser otra
de "mis 10 canciones".
Roberta Flack, nacida
en Carolina del Norte, cantaba desde muy joven en clubs de jazz y su carrera
profesional estuvo salpicada de altibajos e insatisfacciones, de frecuentes
intenciones de abandonar definitivamente su trabajo. Estuvo muy condicionada
por el apoyo, no solo musical sino sentimental, que le prestaron algunos de sus
imprescindibles músicos y compañeros de giras. Una anécdota dramática de su
vida; la de la trágica muerte de su gran amigo Donny Hathaway, su
compañero y músico “más cercano” (puede verse en los vídeos, justo detrás de ella).
Con Donny compartió sus éxitos, sus
ilusiones, su secreto amor y hasta un Grammy
por un dueto que ambos interpretaron con la canción
Where is the love?; (¡atentos en el vídeo, los amantes
del vinilo y del pick-up!). Fue
un golpe tan duro que Roberta tuvo que sobreponerse entregándose de
nuevo y de lleno a los escenarios.
A principios de los 90 vuelve a ser número 1 con su álbum Roberta y durante esa década se dedica a hacer
interminables giras por todo el mundo, actuando incluso con Miles Davis, y en las que,
especialmente, se centra en el jazz y dedica emotivas referencias a su amigo Donny, cantando muy ”suavemente
su canción”.
Los que conocimos aquel año y vivíamos nuestros 70, con sus
inquietudes, sus ilusiones y desencantos, “tuvimos” aquella hermosa canción
que, a través de la suave e inolvidable voz de Roberta, nos enviaba un
mensaje, que era como un talismán musical para la turbación de nuestros
apasionados corazones de entonces: "Cantaba
como si conociera todas mis penas, y luego miró a través de mi, como si
estuviera presente, y continuó cantando, removiendo mi dolor con sus dedos,
cantando mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción. Y yo no pude dejar de seguir
escuchando como cantaba mi vida con su canción, matándome suavemente con su canción”. Recuerdo,
incluso, a Anne-Sophie, muy joven entonces, fascinada y abstraída con el
mensaje y la música de aquella canción.
Lo cierto es que hoy, después de 40 años, escucho aquella suave
voz de Roberta, el susurro de sus palabras y la música que las envuelve,
quizá dedicándoselas a su enamorado Donny,
muy cerca y detrás de ella, como se ve en los vídeos. Y siento que está… matándome suavemente con su canción.
En mi homenaje a ella, fue una
canción que dediqué a quienes sintieron, alguna vez, una especie de emoción, descrita así: “matándome suavemente con su canción”.
I WILL
SURVIVE. Una buenísima canción,
convertida en inmortal por la estrella de la “era Disco de los 70-80”, Gloria Gaynor. También fue homenaje
en mi blog, en el 35 aniversario de la edición del single-vinilo en que se
publicó la canción.
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Fue homenaje en mi blog, en el 35 aniversario de
la edición del single-vinilo en que se publicó la canción. |
A Gloria Gaynor, “la dama de las pistas”,
siempre la reconoceremos por su "Sobreviviré", que no
sólo ha sido una de las mejores canciones de la historia de la música, sino un
sonido que aún perdura en los templos de la música disco de hoy en día. Y aún
más, "I Will Survive"
fue una canción utilizada como himno de liberación femenina, como
símbolo musical gay, e incluso ha servido en la campaña de ayuda a los que
padecen el virus del SIDA.
Gloria Gaynor,
norteamericana, de New Jersey, una de las estrellas más reconocidas de la era disco que, tras su famoso éxito en
1978 con ese "I Will Survive", llegó
a convertirse en la reina de las pistas de baile durante más de 20 años. (Clic en el título, para la versión
de estudio)
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“Tres damas de la era Disco”: Aretha, Roberta
y Gloria. Las 3, “en
sus mejores tiempos”.
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"I will survive", una canción, con un esquema musical perfecto, impecable, y un ritmo
estimulante, "divertidamente melancólico", trepidante y a
contra tiempo, pero con sabor romántico; es, para mi gusto, otra de las “diez mejores canciones de la historia”.
Gloria nos describe, se
lamenta, se reconforta y "sobrevive", cantando: "Al principio tuve miedo y temí que no pudiera vivir sin ti,
sin tenerte a mi lado. Pero luego pasé tantas noches llorando, pensando en el
daño que me hiciste y me hice fuerte y aprendí a vivir. Creíste que me
derrumbaría, creíste que caería y me moriría. Pero ¡Sobreviviré, sí! Mientras yo sepa amar, podré vivir sin ti. Tengo
toda mi vida para vivir, tengo todo mi amor para dar". Parece que se trata de una canción que se escribió desde el
punto de vista de una mujer arremetiendo a su ex-amante, exclamando que ya es
libre y que puede seguir adelante sin él.
Vemos en este vídeo (clic en
el enlace) a la Gaynor cantando su “I
Will Survive”, en el Festival
de Viña del mar en 1980. Una versión live, en una de
sus más recientes actuaciones. Y una celebrada actuación, en la que, una vez
más “Sobrevive”, junto a sus fans en
uno de los muchos “templos de la música disco” en donde todavía suele aparecer.
La anécdota: Alguien, muy cercano a mí, tenía siempre la canción
como tono de espera en su móvil. Cada vez que llamaba
y escuchaba los primeros compases al piano y su maravilloso comienzo en la voz
de Gloria, mi recuerdo se conmovía y me llevaba a aquellos finales de los 70, y
durante unos segundos me sugerían... las escenas de entonces (También yo dije: ¡¡¡Sobreviviré!!!).
Pero además de las tres legendarias “damas de la canción”, mi
lista de honor terminaba con uno de los artistas más influyentes del género
rock del último cuarto del siglo XX y una de las bandas más emblemáticas de la
historia de la música: MARK KNOPFLER y
DIRE STRAITS.
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Dire
Straits; el icono musical más significativo del rock
durante 18 años, entre el
1977 y el 1995.
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Así pues, nos
queda hacer honor ahora a uno de los genios de la música del siglo XX, y
también del siglo XXI: Mark Knopfler. Guitarrista, cantante
y compositor británico, después de ganarse la vida como profesor de literatura
y periodista ocasional. Fundador en 1977 de Dire Straits, una banda
de rock que generó una lista interminable de éxitos, tales como Sultans of Swing, el primero de ellos, y
que se disolvió inexplicablemente en 1995, en la cúspide de su fama después de
una gira que duró cuatro años. Knopfler fue un autor inagotable de
temas de su estilo de siempre, desde el primer año en Dire Straits, con su típico sonido mezcla country y rock, creador y
compositor de música para bandas sonoras que prestó al cine.
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Mark Knopfler y Dire Straits, durante
el concierto-homenaje a
Nelson Mandela, interpretando “Brothers in arms”
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BROTHERS
IN ARMS. Uno de los
temas más brillantes de Mark Knopfler;
un auténtico poema épico-musical. Su mensaje, tan hermoso como la poesía de su
música: "Está escrito en la luz de las estrellas y en las líneas de la
mano, que estamos locos por hacer la guerra a nuestros propios hermanos". Y
el que yo extraje de sus versos: "lo que únicamente importa es que nos sintamos todos nosotros,
hermanos y busquemos reconfortarnos y ser felices, unidos en un mismo mundo y
no en mundos diferentes". Aún recuerdo aquel concierto de Dire
Straits hace ya más de 20 años, con Mark Knopfler recitando los
versos de su canción; fue algo impresionante. Hay también una actuación
soberbia de 1996 en Londres. (El enlace del título corresponde a su vídeo).
Es todo un lujo; sus armoniosas notas en su Gibson Les Paul, el respaldo
de la cuerda de una orquesta sinfónica y la magia de la música que envuelve el
tema. Para mí, también es imprescindible la impecable actuación recogida en el
vídeo de ese "Brothers
in Arms", de un concierto
celebrado en Royal Albert Hall.
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Mark Knopfler, interpretando "Brothers in Arms",
en el
concierto Music for Montserrat, en 1998
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Así que, homenaje a Dire Straits, la banda británica de rock nacida en la década de los 70 que recuperó
un sonido característico para el nuevo pop-rock
de entonces; con su estilo rockero
tan genuino que no dejó de quedar indeleble en su "firma" de canciones
aquellas primeras raíces de la creación del grupo, y ello, a pesar de la
evidente influencia de country en Knopfler.
Su consagración, como grupo por excelencia de rock, se produjo en los 80. Y su
sabor, auténticamente "straits", continuó con Mark,
ya en solitario, en los 90, pero también después. Su último concierto, después
de esa gira que duró 4 años, a la que me he referido antes, se celebró en 1992.
La banda, en la cota más alta de su éxito, de su prestigio y de su reconocimiento,
se disolvió en 1995. Yo fui testigo de que el fenómeno que había marcado la
música en vivo de sus conciertos se sumió en el silencio y en la decepción. Todos
los que amábamos el buen rock lo lamentamos, pero respetamos a Mark en su decisión de dejar la banda. Surgió
la renovación de Knopfler con su fuente inagotable en la
publicación de nuevos álbumes. Su creatividad no tenía límites en cualquiera de
los estilos. Pero ya no era lo mismo.
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Los Dire Straits habían marcado una
generación en los 80 y parte de los 90, habían dado un sello en nuestro gusto
por la irresistible decisión de no abandonar nuestra adoración por los grupos
de aquel rock nostálgico de más de dos décadas.
Y en mi homenaje a esas 10
mejores canciones de la historia de la música, que más tarde decidí ampliar a
20 temas, enarbolé la lista con un brillante rock, como si de un himno musical,
representativo de una vieja generación de
rockeros, se tratara. El tema era: WALK OF LIFE, de Dire
Straits. Un tema que apareció por primera vez en un single en 1985 y
seguidamente uno de los que contenía el famoso álbum “Brothers in arms”. Fue, durante casi toda la trayectoria de Dire
Straits, la canción que abría las actuaciones de cada concierto, la que
enaltecía a todos los que esperábamos la aparición del grupo para entrar en
calor y entregarnos al entusiasmo de la música de Knopfler. Su mensaje: “Él
llega con su guitarra, interpreta las doradas viejas canciones, con el poder y
la gloria del ritmo de sus blues y de sus rocks; interpreta “el paseo de la vida” y le dedica su
canción a una mujer dulce y cariñosa”. Por eso, en la recopilación de los
20 temas que componen mis mejores canciones, decidí colocar a “Walk
of Life” el primero, porque quería presentar “mis doradas canciones”, grabadas en un disco para dedicarlo a mis
amigos, los que supieron sentir el buen sabor de su música, y porque deseaba
hacer con ellas “un paseo por la vida”.
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Mark Knopfler y Dire Straits, el 11-6-88 en el
“Wembley”, durante el histórico “The Nelson Mandela 70th Birthday Concert”, en
el momento de su interpretación en “Walk of Life” |
Walk of life, es el tema del grupo con el que, acompañados por Eric Clapton, se inicia un concierto memorable celebrado en 1988 en
el Wembley, con motivo del homenaje a
Nelson Mandela, y que recojo en el
vídeo que activa el enlace en el título.
En cuanto al resto de mi particular “tesoro musical”, el de “mis 20 mejores canciones de la historia”,
las que le ofrecí a aquel “viajero del
tiempo” que encontré en un viaje que hice hace un par de meses, rogándole
que las guardase en “su maleta” y las
custodiase para que ninguna de ellas se perdiese, me queda hacer una merecida reseña
para cada uno de sus temas y para su intérprete.
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Lennon creía
en la esperanza de un mundo mejor y en paz, pero por ironías del destino alguien acabó con su vida de forma violenta |
IMAGINE, de John Lennon. Considerada una de las mejores composiciones
de todos los tiempos; en 2004, la revista Rolling
Stones, la colocó en el tercer puesto en una lista de 500 mejores canciones. Jimmy Carter la comparó a un himno
nacional. Aunque Lennon la definió como un “manifiesto
comunista virtual”, se dice que, aunque es una canción “antirreligiosa, antinacionalista, anticonvencional y anticapitalista”,
es aceptada por su dulzura y porque lleva la inspiración en la esperanza de una paz mundial. El tema
tiene un antecedente en otra canción de The
Beatles en 1963 y una clara influencia de la poesía de Yoko Ono. Lennon se plantea un mundo viviendo
el día a día, con una vida en paz, sin países, sin posesiones, sin hambres, sin
religión, pero sin odios. Lennon reconocía en su canción “ser
un soñador, pero no el único, esperando que algún día se uniesen todos a él y
el mundo fuera uno sólo”. De John Lennon, compositor, cantante,
instrumentista y co-fundador de The
Beatles, sabemos que fue uno de los genios del siglo XX, por su ingenio
irónico y sarcástico en la música, en la literatura, en sus entrevistas y
declaraciones y su influencia en el cine.
GIRL, de The Beatles. Fue una canción escrita por el tándem Lennon/McCartney, lanzada
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Es la imagen de un ensayo de los Beatles en 1965, durante la promoción del álbum “Rubber Soul”, uno de los mejores, que conserva su sonido más genuino y que incluye “Girl”. Entre John y Paul existía una latente competitividad, pero en temas de chicas solían bromear, hacerse confidencias y contarse los secretos de sus galanteos. |
en 1965 e
incluida en el álbum Rubber Soul.
Está cantada por John Lennon y su
letra describe a una chica amada por él, pero dudando de su identidad. Él
afirmó después que se trataba de la chica ideal de sus sueños, que había
una complicidad entre Paul y él, y que mientras Paul pensaba en la suya (Michelle) y a ella se la dedicaba en “Michelle”, él lo hacía en “Girl”
(lo extraje de una entrevista en Playboy cuyo ejemplar aún conservo). Girl fue siempre una de mis canciones
preferidas de los Beatles y, como él, yo también la dediqué a la chica de mis
sueños.
I STARTED A JOKE, de Bee
Gees. Uno de los temas
que mejores recuerdos me traen de aquellos ´60. La cantaba Robin Gibb, al que, por razón de su triste desaparición en el 2012,
rendí merecido homenaje en
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Robin, a la izquierda, fallecido a los 63 años en el 2012. Los Bee Gees, el mítico grupo de las baladas de los 60. Detrás de sus vinilos se escondían los recuerdos de mil guateques... de aquellos nostálgicos años. |
mi blog. Robin,
el que cantaba para los corazones enamorados, quien nos hacía vibrar con la
sugerencia de su voz, al que escuchábamos “encandilados”,
mientras bailábamos, abrazados a nuestra chica, y quien nos decía, casi
como una broma del destino, por el mensaje de su canción: “Yo comence una broma y luego todo el mundo comenzó a llorar / No me di
cuenta que la broma me la hacía yo / Entonces el mundo comenzó a reír y yo
comence a llorar / No me di cuenta de lo que hice / Miré a los cielos, cerré
mis ojos / Y el mundo comenzó a vivir y yo finalmente morí”. Los
Bee Gees, como los llamábamos entonces, un grupo músico-vocal nacido en
la década de los 60, más aproximado a la música pop que al propio género rock;
aunque exquisito en sus baladas, años más tarde se pasaría a la música disco.
SUSPICIOUS MINDS, de Elvis Presley. Es una canción compuesta en 1956 que
popularizó Elvis Presley en 1969, uno
de los temas con el sonido más auténticamente “presley” de su repertorio, siempre imprescindible en todos sus
conciertos. Para el merecido homenaje que yo debía a “el Rey”, como ese icono cultural de la música que solía poner en
las portadas de mis libros sobre la magia de la canción, necesitaba una
referencia definitiva de su extenso catálogo musical y ¡qué mejor que “Suspicious
Minds”! La versatilidad de su voz y la facilidad para dominar la
diversidad de géneros, como el rock, el
country, las baladas, el gospel o el blues, le han hecho tan único en la
historia que no ha
habido ningún artista que haya podido llegar, ni de lejos, a su genialidad.
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John Fogerty y su banda CCR. un clásico irrepetible del "blanco y negro" de la música rock (igual que esta foto). Su sonido áspero, pero auténtico y nostálgico, jamás llegó a ser igualado, ni mucho menos, superaado. Por cierto, un vinilo de Creedence: ¡un tesoro! |
HAVE YOU EVER SEEN THE RAIN?, de Creedence
Clearwater Revival. Dice la canción
“Alguien me dijo hace tiempo que hay una
calma antes de la tormenta. Dicen que lloverá un día soleado, pero ¿alguna vez
has visto la lluvia en un día soleado?”. John Fogerty escribió la
letra refiriéndose a la Guerra de Vietnam, describiendo “la lluvia”, de forma metafórica, como las bombas que caían del
cielo. La banda californiana, liderada por Fogerty,
compositor, cantante y guitarrista, representó el rock and roll de finales de los 60 y comienzos de los 70. Formó
parte de las bases de la historia musical estadounidense. Su sonido fue único,
simple y algo primitivo en los esquemas del rock y en su sonido, quizá poco
nítido a causa de las viejas grabaciones, pues hay que pensar que el grupo se
disolvió hace más de 30 años y no se hicieron arreglos ni se produjeron nuevos masters. Fue también una banda con mucha
repercusión mediática, que levantaba muchas polémica por su rebeldía en los
compromisos de sus giras y de su programación. Preocupados por los temas
ecológicos, ambientales, sociales y muy sensibilizados por su joven generación,
enardeció a su público como ningún grupo. De Creedence se puede decir
que siempre había uno de sus discos en
los guateques de “nuestra época”. Oíamos
de todo: Beatles, Rolling, Bee Gees,
Procol Harum, Moody Blues, Brincos, Adamo, Sylvie Vartan… pero ¡Creedence… era otra cosa!
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Es la conocida portada de "Hotel
California", un icono discográfico en la
música rock de los 70 y de varias
décadas. En ella se puede ver escritos
los autógrafos de Eagles. Su
legendario tema fue la esencia del rock.
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HOTEL
CALIFORNIA, de Eagles. Se trata de una canción absolutamente
emblemática para los que vivimos la música durante las décadas de los 70 y 80.
Otro icono musical que representó la pureza del rock de los 70, cuando aún el
género eran grande. Y la esencia de una banda que llegó a identificar muy bien
aquella música: EAGLES. Se dijo que era “una
canción sobre el lado oscuro del sueño americano y sobre los excesos en los
Estados Unidos, que era algo que ya sabíamos”. La interpretación más romántica de la
canción es que “Hotel California es un refugio, un lugar perdido en su destino y
tal vez vencido por el desengaño”. “Hotel
California es el lejano paraíso de aquella extraña y onírica dimensión que
muchos de nosotros buscamos no se sabe dónde”. De los Eagles, se dice que “aportaron una visión agridulce de la
sociedad estadounidense a través de las ventanas de un hotel que representa
metafóricamente el mundo de las drogas”. Hoy sigue siendo una canción de
culto destinada a homenajear aún más el “viejo
rock” que jamás podrá desaparecer.
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Peter Frampton. Una atractiva provocación para sus
fans que
enloquecían cuando aparecía en sus actuaciones. Un
símbolo
en la cultura musical del Rock de la década de lo 70
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BABY, I LOVE YOUR WAY, de Peter Frampton. Una canción que marcó todo un estilo y todo un símbolo
en la música rock de aquella década de los 70, como lo
hiciera en otro contexto musical Hotel California, de
Eagles. En la encrucijada del momento más brillante de la música
rock y el afianzamiento del rock Sinfónico, que empieza a
desplazar el viejo estilo de una cultura musical eminentemente “Presley”, surge
en 1975 la enardecida admiración por aquel “fenómeno” que entonces representaba Peter Frampton. Su aspecto de rubio desmelenado,
poderosamente atractivo, irresistible a nuestras novias y amigas, perdidamente
cautivadas y enloquecidas cuando aparecía en sus actuaciones, formaba parte de
una manera de ver la pasión por la presencia de un ídolo del rock en un
concierto. El estilo de versos en la letra de la canción, un poco cursi y
floreado, porque “las flores” de aquel movimiento hippy que
tanto arrasó en la juventud de los 60, “empalagó” inevitablemente,
también los 70: “Oh, nena, me encanta tu forma de ser. Me encanta ver
la puesta de sol en tus ojos, que se vuelven marrones, grises y azules,
mientras aparece la luna que enciende el cielo. Me encanta el brillo que da tu
sonrisa en la noche”.
”GIVE A LITTLE BIT”, de Supertramp.
Fue la marca
de Supertramp,
desde que en 1977 se convirtiera a lo largo de los años en un hermoso
mensaje para proclamar la unión de todo un
mundo joven, lleno de ilusiones y
ansioso de amar. Basada en la canción “All you need is love”, de los Beatles,
su letra decía: “Dame un poco, dame un
poco de tu amor y yo te daré un poco de mi amor. Dame un poco de tu tiempo y yo
daré un poco de mi vida por ti”. Una canción tan simple como bella,
precisamente como su mensaje, simple y bello: “da un poco de amor y demuestra que te preocupas por los demás”.
Con ella terminaban todos los conciertos de Roger
Hodgson, líder de Supertramp, mientras que todos los
que asistíamos coreábamos los versos, al tiempo que levantábamos y extendíamos
las manos como para significar que teníamos que “abrir nuestros corazones a los demás”.
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Poderoso,
incansable, divertido, entrañable,
romántico: así es el Jefe
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I WANNA MARRY YOU, de Bruce Springsteen. La grandiosidad de la discografía y del
trabajo de Springsteen es tan inconmensurable,
si me permitís redundancia, que sería difícil poderme decidir por uno de sus
temas; y tenía que hacerlo, porque “el Jefe”, como “el Rey”, representa para mí una especial admiración y un gran
respeto. Son bastantes las canciones que me entusiasman, pero tan
extraordinariamente que no podría escoger la mejor. Y sé que “I Wanna Marry You”
no es, ni mucho menos, esa… ”mejor”.
Pero es un tema al que tengo mucho cariño, porque es una canción que me lleva a
un pasado gratificante y esperanzador. La letra es muy simple y solo se refiere
a un deseo: “Es una bonita noche, es la
mirada de tus ojos, y creo que quiero casarme contigo”. La canción
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Es un simbólico adiós, en la imagen de Bruce Springsteen, tal vez para recordarnos que, aunque se acabe este "festival" de bellas canciones, la música nunca muere, porque forma parte de lo mejor de la vida y de la sensibilidad de nuestros corazones. |
pertenecía al doble álbum “The River”,
editado en 1980, uno de los tesoros de Springsteen,
aunque el tema ya se había publicado antes. El álbum contenía trabajos de mucha
más calidad, como era el caso de “The River”, tema que da nombre al
título del disco, o “Point Blank”, o
incluso “Hungry Heart”; pero yo
siempre tuve esa debilidad por la canción que elegí para mis 20 mejores. En cuanto a Bruce
Springsteen, tengo tanta pasión y admiración por él, que ahora solo prefiero
quedarme recordando el homenaje que le hice en “La música de mis tiempos”. Aún así, me gusta dejar ahora, aquí al
final de mi trabajo, parte de los trazos de identidad que quise dedicarle
entonces: “Potente y poderoso, pero también tierno y cercano hacia nosotros, sus
fieles seguidores”, “capaz de conectar con el público que asiste a sus
conciertos, hasta llegar a una complicidad mágica”, “incansable, divertido, generoso,
satisfecho y feliz cuando despide una actuación, sin que pueda evitar un gesto
de tristeza en su rostro, porque nos había cogido cariño a los que habíamos ido
a verle”. En definitiva, “un coloso del rock, que jamás dejó de
admirar con ferviente pasión a Elvis Presley; un artista, como aquél, que sigue
dignificando el poderío de un género tan inmortal como la esencia de la música,
el rock”.
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The Beach Boys. Su tarjeta de presentación: unos
californianos guaperas y descarados que pusieron de moda el “surf-rock” en los
60, con sus “Buenas vibraciones”, Para
mí: unos recuerdos en “blanco y negro” de desenfado. |
Y sé que no están todas las canciones, que
hay muchas más que no quisiera olvidar y que desearía que “el tiempo” se las llevase “en
su maleta” para hacerlas inmortales. Es posible que la mayor parte de ellas
aparezcan en mi libro “La música de mis tiempos”.
Ahora, solo puedo referirme a algunas
porque son las que tengo más reciente entre mis recuerdos. Quizá, porque son
las que dudé para ponerlas entre “las 20” y después quedaron fuera. ¡Bueno…!, la cuestión es que, entre ellas
estaban estas otras 10 (y haciendo clic en los títulos se podrán visionar sus vídeos): “Blowin´in the wind”, de Bob Dylan; “Good Vibrations”, de The Beach Boys; “Song Sung Blue”, de
Neil Diamond; “If you leave me now”,
de Chicago; “Morning has broken”, de Cat
Stevens; “Dance me to the end of love”, de Leonard Cohen; “You´ve got a friend”,
de James Taylor y Carole King; “Goodbye to the Island”,
de Bonnie Tyler; “Thank for the Music”,
de Abba; “Non je ne suis plus la meme”,
de Sylvie Vartan. Quizá, entonces
debí seleccionar en mi homenaje a “mis 30
mejores canciones”, y eso sin contar algunas más de las que pertenecen a
las “chansons” francesas, a las que
tanto he elogiado.
Finalmente, no quisiera olvidar la
referencia a otra docena de canciones que alguna vez
|
No quedan en el olvido, sino en mi discoteca privada de canciones más recientes, un montón incontable de temas interpretados por unos y otros artistas, unos más conocidos, otros menos, algunos más viejos, otros más nuevos, pero a los que siempre podré hacer homenaje en mi obra "La música de mis tiempos". |
envolvieron, con su aroma
musical, momentos, escenas y recuerdos. Y fueron: “The Boxer”, de Simon & Garfunkel; “Lady Jane”,
de The Rolling Stones; “Tears in Heaven”, de
Eric Clapton; “Shape of my heart”,
de Sting; “Waitin´ on a sunny day”,
de Bruce Springsteen; “Daniel”, de Elton
John; “I don´t want to talk about
it”, de Rod Stewart; “Crying”, de Roy
Orbison (con Springsteen al seg. 48); “Rhymes and Reasons”, de John Denver; “What a Wonderful World”,
de Eva Cassidy; “The Winner takes it all”,
de Abba; “One night”, de The
Corrs. Por cierto, y a propósito de la imagen de Norah Jones que aparece encima de estas líneas, también recordar a ella y a Diana Krall, “la estrellona” del jazz,
en cualquiera de sus temas.
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Un Long Play gira en mi tocadiscos. La nostalgia la pone la portada
de uno de esos
discos de vinilo que hay guardados en el estante, las notas de
ese piano y los acordes
de la guitarra, ahora ambos en silencio. Pero, sobre
todo, es el mensaje musical de la
canción el que nos trae aquellos hermosos
recuerdos. (Es uno de “mis refugios”)
|
No hace mucho, en uno de esos “encuentros de
amigos en defensa del vinilo” que solía celebrar en estos últimos años,
ensalzando las virtudes del disco de vinilo y del viejo gramófono,
decía: “Cuando oyes la música, ves como gira tu long play y observas esa nostálgica portada; y así, tu mente será
capaz de viajar hasta aquellos viejos recuerdos y tu corazón podrá volver a
soñar”. Bueno, quizá, demasiado romántico; pero todos sabemos que la música y las canciones, cuando las escuchamos, no importan desde donde
venga su sonido, envuelven nuestros recuerdos, identifican nuestra sensibilidad
y nos ayudan a… soñar.
Y en estos tiempos en que sufrimos el despojo de muchos de nuestros más preciados
|
Siempre he pensado que hay un hada buena y bella, como la misma música que se encarga de cuidarla y protegerla, para que jamás se marchite ni pierda su magia ni su encanto, ni para que la ruindad humana la expolie o la corrompa. |
bienes, como la cosecha de nuestros sacrificios y ahorros, y en los que padecemos
el saqueo, a veces, del patrimonio de nuestra dignidad y de nuestro orgullo
personal, supongo que las canciones y sus
estrellas nadie nos las puede arrebatar, porque su recuerdo y el aroma de su
música estará siempre en nuestros corazones y ahí no llega la ruindad de los
pillos y saqueadores que nos dirigen y gobiernan.
Esta obra está
dedicada a todos los amigos de la
música y de la canción que la aman y la respetan. Además, está muy
especialmente dedicada a quienes fueron mis
viejos y lejanos amigos, que quizá no
verán mi trabajo, y a mis “amigos en defensa del vinilo”.
Y está dedicada, con mucho
|
Y está dedicada a los que buscan un lugar para soñar, no pueden evitar enamorarse y encuentran su felicidad en el reflejo de los ojos de la persona a la que están besando. |
cariño, a
“mis amigos con alma sensible”, aquellos que compartieron conmigo buenos y
malos momentos, pero que fueron leales a nuestra amistad. Para ellos, para los
que aún tengo muy cerca y siguen siendo cómplices de todo lo bueno que hay
dentro de la música y de su mensaje,
este disco cd que reúne esos “mis 20
mejores canciones de la historia” y que llevan este orden, junto a su
particular mensaje:
-
1. Walk of life” – Dire Straits. “Son las viejas
doradas canciones, las que él le dedica a una mujer y que se las dedica a través del paseo
de la vida”.
2. “California dreamin´” – Tha Mamas and the Papas. “Siempre hay un lugar para soñar con un
hermoso día de invierno”.
3. “I say a little prayer” – Aretha Franklin. “Siempre estás en mi alma y siempre le
pido a mi corazón por ti, como una pequeña oración”.
|
A veces, me refugio en la mediocridad de cualquier lugar, pero lejos de la rutina, y escucho a una chica que toca su guitarra y me canta otras canciones, quizá más nostálgicas, pero suaves y muy dulces. La chica... ¿tal vez Sophie? sé que estuvo allí, que estuvo "ayer", pero ahora es un sueño. |
4. “The house of the rising sun” – The Animals. “Todos necesitamos alguna vez la casa del
sol naciente en aquella onírica dimensión para encontrar la paz”.
5. “Yesterday” – The Beatles.
“Desde todo en lo que creí del ayer hasta que ella se fue, necesito un lugar en
donde esconderme”
6. “A whiter shade of pale” – Procol Harum. “Soñé aquella noche que bailaba con ella
un suave fandango y llevaba un vestido blanco satén”. (Creo que ella se llamaba
Sophie).
7. “Can´t help falling in love” – Elvis Presley. “Los sabios dicen que solo los tontos se
enamoran, pero yo no puedo evitar enamorarme de ti”.
8. “Killing me softly with his song” – Roberta Flack. “Cantaba como si conociera todas mis
penas, matándome suavemente con su canción”.
9. “Nights in White satin”. The Moody Blues. “Noches de blanco satén que nunca terminan,
cartas escritas que nunca llegan, sentimientos y besos que se olvidan”.
10. “The will survive” – Gloria Gaynor. “Al principio tuve miedo y temí que no
pudiera vivir sin ti, luego pasé noches llorando y creí que me moriría, pero
sobreviviré”.
11. “I started a jofe” – Bee Gees. “Yo comencé una
broma y luego todo el mundo comenzó a llorar, miré los cielos, cerré mis ojos,
el mundo comenzó a vivir y yo finalmente morí”.
12. “Girl” – Beatles. “¡Ah,
chica, chica! Sé que estás ahí, pero eres un sueño, eres… quizá eras Sophie”.
13. “Have you ever seen the rain?” – Creedence. “Alguien me
dijo que hay una calma antes de la tormenta, y dicen que lloverá en un día
soleado”.
14. “Hotel California” – Eagles. “Un
lejano paraíso, un lugar perdido en su destino y en los sueños, y tal vez vencido por el desengaño”.
15. “Imagine” – John Lennon.
“Imagina un mundo viviendo el día a día, con una vida en paz, sin países, sin
posesiones, sin hambre, sin religión, pero sin odios”.
16. “Baby, I love your way” – Peter Frampton. “Me encanta tu forma de ser, la puesta de
sol en tus ojos, me encanta ver el brillo de tu sonrisa en la noche”.
17. “Give a little bit” – Supertramp. “Dame un poco de tu amor y yo te daré mucho más de mi amor, dama un poco de tu tiempo y yo te daré toda mi vida”.
18. “Suspicious minds”. Elvis Presley. “Seca las lágrimas de tus
ojos, confiemos en la bondad de nuestra mente y dejemos nuestro amor
sobrevivir”.
19. “I wanna marry you” – Bruce
Springsteen. “La mirada de tus ojos y la visión de su destello es la mejor escena para soñar en una bonita
noche”.
20. “Brothers in arms” – Dire Straits. “Está escrito
en la luz de las estrellas y en la líneas de la mano que estamos locos por
hacer la guerra a nuestros propios hermanos. Solo importa que todos nosotros
nos sintamos hermanos y busquemos ser felices en un mismo mundo”.
Así que,
abandonándome a la fascinación del mensaje
de algunas de
“mis 20 mejores canciones”,
me gustaría
dedicar este libro:
-
A quienes buscan un paraíso lejano o un lugar mágico para soñar.
|
Nos invaden los recuerdos de una imagen nostálgica,
casi perdida en
el tiempo, cuando recuperamos aquella
canción del pasado y vemos las escenas
que vivimos o
soñamos, cómo giran en el gramófono de la vida. Quizá
también la
imagen deberíamos de guardarla en la caja
de nuestros tesoros, junto con la
música que la
identificaba, pues cuando
recobremos su luz y su
sonido nos libraremos de la desdicha de la
realidad que
ahora, tal vez, nos desalienta. (Para ti, Jane).
|
A quienes son generosos con el corazón que aman.
A los tontos que no pueden evitar enamorarse.
A quienes han llorado y sobreviven al desengaño.
A quienes sienten que una canción está matando su corazón.
A quienes imaginan un mundo en paz, sin naciones y sin odios.
A los que les fascina ver una puesta de sol en los ojos de quien
aman
y les deslumbra el brillo de su sonrisa en la noche.
A quienes le dan un poco de su vida a la persona que quieren, sin
apenas recibir nada.
A quienes sueñan con las “noches de blanco satén” y se envuelven
“con su blanca palidez”.
Y a quienes buscan sentirse solo hermanos, unidos en un mismo mundo
y no en mundos diferentes.
Y muy especialmente, a quienes escuchan el grito de aquel que teme
la oscuridad que le atenaza y que acude para acompañarle en sus noches más
sombrías
e iluminar su alma desesperanzada.
(Basada en la canción “You´ve got a friend”, de James Taylor y Carole King)
Finalmente, decir que esta obra está dedicada a esa gente maravillosa que perteneció a la cultura
musical de esas décadas de entre las que extraje “mis 20 mejores canciones” y a
la que, aún siendo mucho más joven, se identifica con la melodía y el mensaje
de algunas de esas canciones. Como esta "buena gente" que aparece en la foto por debajo, con ocasión del
“Tercer Encuentro de amigos en defensa del Vinilo”, ahora que el disco de
vinilo “resurge de sus cenizas”; para ellos, especialmente, y para los que no
pudieron salir, les brindo todas mis canciones y el mensaje de cada una de
ellas.
Y también, con mucho cariño, a otro grupo de gente encantadora de la foto inferior; a esos grandes "amigos con alma sensible" que compartieron una entrañable comida de despedida a Pedro Acero. Para ellos, que aún están en mi recuerdo y siempre lo van a estar, y para muchos más que no están ahí, porque sé que todos siguen siendo mis amigos. Pero, sobre todo, y muy especialmente, para Pedro.
“La música es inmensa,
casi infinita,
no tiene dimensiones
ni puede sucumbir.
Está repleta de lágrimas y risas,
de sonidos y de luces,
de suspiros y sonrisas,
de aromas y colores,
de sabores y de brisas.
Y las canciones…
rebosantes de mensajes
de tristezas y lamentos,
de amor y desamores,
de gozos y contentos”
(Ángel González “Rusty
Andecor”)
(Es el
hada de la música, endulzándose con el arpa, iluminándose con la luz de las
velas, envolviéndose con los azules de sus lugares encantados. Ella es la que
nos sumerge en el sueño de la música: Es el hada Malvaazul)
Para acceder a la primera y segunda parte de esta crónica musical y a otros espacios musicales publicados recientemente, haga clic en los títulos:
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Mis
10 mejores canciones de la historia de la música. Segunda parte
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