Unos de estos días opinaba sobre el significado de la vida, sobre su consideración, y decía: “La vida es eso que transcurre cada día al despertar de la realidad de los sueños que soñamos y que se interrumpe cuando quedamos atrapados de nuevo por esos sueños. La clave está en conseguir que la vida siga siendo un sueño para no se convierta en pesadilla”
Lo cierto es que sobre la vida y el paso de su tiempo hace años ya elucubraba y escribía así: "Hace tiempo aprendí que la vida es una continua obsesión por burlar el sabor amargo del infortunio y del desencanto", como también es mi obsesión pensar en ralentizar el paso del tiempo, ya que detenerlo es imposible.
Y sobre nuestra vida en el mundo en que vivimos, decía que es cierto que no podemos cambiar el mundo, ni la ambición de aquellos que lo dirigen y lo corrompen, ni hacer desaparecer la perversión de quienes lo denigran. Y desde luego, no podemos cambiar nuestra suerte. Como tampoco podemos detener ese reloj del tiempo que ha de marcar las escenas que nos quedan por representar. Aunque también he pensado a veces, casi como fantaseando... ¿se podría ralentizar?
El tiempo solo se detiene si su reloj deja de funcionar o se "fractura" su mecanismo. |
Desde luego, intentar detener el tiempo en un escenario, detener su percepción, sería como forzar "el mecanismo del reloj", y ello con el riesgo que corremos de quedarnos fuera de la realidad y quizá de que no podamos volver a ponerlo en marcha. Sin embargo ¿quién no ha deseado alguna vez que no se acabara un momento feliz vivido? Lo cierto es que podríamos demorar la impresión de ese avance del tiempo, poniendo delante de nosotros las mejores escenas que aparecen en nuestro recuerdo, recuperándolas en ese preciso o restableciéndolas en nuestra imaginación. Porque velando por el bien del transcurso de nuestra vida, son "las escenas" que debemos llevar siempre consigo como equipaje de mano en nuestro paso del tiempo.
Y hay algo más en la interpretación de la imagen de ese reloj de arena roto. Pues tampoco debemos intentar detener "el reloj del tiempo" poniendo en su interior el oro de la riqueza en vez de la arena de la sobriedad, que es lo que contenía en principio. Deberíamos saber que es esa manipulación la que romperá su esfera y hará detener el reloj y con ello, el tiempo que nos quedaba.
Ángel González "Rusty Andecor"
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